Perfil Público de pablo_honey
Joel Pablo
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En alguna casa de la ciudad de Bogotá, Colombia, entre calles de burgueses; un hombrecillo de 16 años de nombre Cortés se encontraba dibujando sobre un trozo de periódico con la yema de sus dedos, los cuales derramaban tinta. Esta era una de las peculiaridades de Cortés: Sacar tinta de sus dedos. Nadie sabía cómo lo hacía, pero lo que él hacía con estas habilidades no las desperdiciaba y se mantenía ocupado haciendo trazos, esbozos o dibujos sobre casi cualquier superficie.
Al tener los dedos como pincel, tenía un nivel de precisión impresionante en sus dibujos, además de un color rojizo en todos ellos, y era especialmente conocido por sus alrededores. La gente acudía a él cada vez que necesitaban algunos dibujos, retratos o cuadros, y él con gran amabilidad les apoyaba con esa tarea.
Dibujaba de todo: Objetos, animales, personas, paisajes, atardeceres, estrellas, pensamientos. Y su primer dibujo del cual siempre lo mantuvo colgado en su pieza, en el lugar más visible posible, eran dos aves volando en la brilles e infinidad de la luz.
Su firma siempre era la misma, una pluma de ave con una fecha: 16/06/1958. Nadie entendía el motivo de su firma, y Cortés tampoco se interesó en revelarla.
Su cuarto se encontraba peculiarmente desordenado, él solía decir a sus padres: “Así es como me gusta mantener mi pieza, es una forma de ver mi mente”. Sus padres y conocidos de Cortés contaban que él era especialmente callado, y cada palabra que salía de su boca en los momentos cortos en los que hablaba, emitía palabras con un sentido tan sabio para su edad, tan elegante para su estética.
Su madre con la que era más expresivo le quería tanto. Le arropaba todas las noches, le elogiaba su arte desde que comenzó, le preparaba su comida preciada, su bebida preciada, le tarareaba canciones mientras le revisaba el cabello. Lo que cualquier madre hace con sus hijos, simplemente amor maternal, por ende, Cortés se sentía muy bien con su madre. Su madre contó sobre algunas de las experiencias con su hijo, sobre alguno de los regalos para Cortés: Un pequeño perico y un cuadernillo en blanco que acompañaron a Cortés desde sus cortos 4 años.
Cortés al ser un niño tan audaz y maduro desde corta edad, siempre cuidó muy bien al perico, podría incluso decir que fue tan “suyo” que casi ninguna persona conoció al perico, más que su madre, quien olvidó a aquel animalito en cuestión de días, y fue entonces cuando solo fueron Cortés y su pequeño amigo inmersos en la lealtad de la amistad. Se amaban tanto el uno al otro, Cortés le enseño trucos, le enseñó palabras, hasta el punto de parecer que su pequeño amigo entendía el significado de cada una de estas palabras.
El joven Cortés falleció un miércoles nublado de julio del 68, los médicos catalogaron su muerte como falta de vivez, como falta de ese líquido rubí. Los pobladores de la calle en la que vivía, junto con personas que lo conocieron acudieron a su funeral, su madre expresó una tristeza tan inmensa, su pesar fue tanto, pero no podía hacer nada, Cortés se había ido.
Al pequeño perico le encantaba morder cosas, desde pequeños trozos de pasto hasta trozos de madera de la silla de su comedor, y eso no le molestaba a Cortés, al contrario, él sentía que era la mejor peculiaridad de su amiguillo.
En ocasiones mordía a Cortés, en los brazos, en las piernas. Pero no eran mordidas tan fuertes, eran de esas mordidas que sabes que no duelen, pero sabes que se sienten. Y a Cortés le relajaba, era la forma de su perico de decirle que lo quería. En alguna ocasión, su amiguillo mordió a Cortés en la yema de sus dedos y Cortés sangró, pero no se molestó, le maravilló el hecho de saber que podía sacar líquido de sus dedos, de una manera más literal.
Su pequeño amigo había muerto, lo había dejado un miércoles nublado de julio del 58, Cortés lloró tanto que pronto se quedó sin lágrimas, y esa misma noche, cortó una pequeña pluma de su amigo, la punta era tan filosa que logró perforar la yema de los dedos de Cortés, y comenzó a hacer su primer dibujo: Dos aves volando en la brilles e infinidad de la luz.
Desde entonces cargó esa pequeña pluma todo el tiempo, lo acompañó en cada día, cada noche, cada atardecer, cada momento, cada dibujo.
Nadie nunca supo su secreto para sacar tinta de los dedos, solo Cortés y su pequeño perico.
El día de ayer te pensé
Más o menos unas 30 veces.
Pero al caer el sol no pude evitar escucharte
Aún guardo un audio tuyo donde oigo cantarte
Sostengo mi guitarra y te hago coro
Entre verso susurro algo corto
“Ojalá y verte” se repite cada susurro
Y así cada noche pues me apuro.
Hoy solo te pensé 20 veces
Quiero no hacerlo pues solo me estremeces.
Al llegar la luna solo la observo recordando tus ojos
Grandes y brillantes, es un pensamiento que no escojo.
Esta noche está fresca
Donde la fluidez y el sosiego crezca
Tal vez espero no pensarte tanto mañana
Entre unas 5 veces, nada más.
Y esta noche quizá dejemos de estar enojados
Tal vez dejes de querer quererme
Saldré a caminar un rato entre los prados
Mientras la felicidad entre el sombrío frío duerme.
Y esta noche quizá baje a tomar una taza de té
Anoche tomé una pisca de cariño tuyo
Y me dañó tanto que de un dolor muy grande broté
Entre tantos pensamientos de mis sueños huyo.
Mañana tal vez me marche
Tome el siguiente tren para la siguiente ciudad
Y a dejar de extrañarte comience
Por que mientras más lo pienso más me vence
Y esta noche quizá pensarte no haga más.
Si dejases de resplandecer
No sabría donde mirar sin enloquecer
En estas ocasiones
Usaría mis anteojos para dar con tus locaciones
Ahora la misma miopía me haría cegarme de ti
Con mucha frustración sobre mí.
Sobre el pasado recuerdo que con tu brilles
Te encontraba, aún sin usar mis anteojos
Sin un pensamiento que encasquilles
Que al decirlo me provoca un sonrojo.
Me perdería en una sombría amargura
Si dejases de resplandecer.
De vez en cuando veo girasoles en las florerías
Y me recuerda cada vez que reías
Cuando tus ojos color miel
Se humectaban cual pincel
Tu cabello ondulado y castaño
Aquel que cuando recuerdo, me hace tanto daño.
Y olvido olvidarte
Por que cada vez que te recuerdo, es doloroso en parte
Aunque fue tan bonito haber compartido un cachito nuestro
De los momentos feos, se convirtió en algo siniestro
Y la memoria de las cosas lindas que me decías
Se combinaba con lo bonito que sonreías.
Olvido olvidarte
Por que recordarte es una tortura
Una tortura bonita como aquellas manos tuyas
Así que, trataré de no recordarte, y si lo hago
Sabré que olvido olvidarte.
Ojalá y pronto podamos vernos
Abrazarnos y querernos
Pasear de la mano.
Ambos sobre un piso plano
Con irregularidades en algunas partes
Y llegar hasta la parte donde se encuentra el heladero los martes.
Caminar bajo la copa de los arboles
Y contar chistes para que rías y no te controles.
Ojalá y pronto pueda tomarte de la mano
Medir nuestros dedos bajo un manzano
Ver a las personas pasar
Y nosotros sin ninguna palabra pronunciar.
Ojalá y pronto me quieras
Tanto como yo te quiero a ti
Y juntos disfrutar de lo mismo en lo que coincidimos
Y contarnos todo aquello que del uno al otro vimos
Con la misma sensación de hormigueo
Que experimento cada que te veo.
Ojalá y pronto suceda al final lo que anhelo.
Ojalá y pronto.
INGRATA
Era Juan un muchacho de serena mirada
que lograba objetivos con ahínco ejemplar,
que soñaba despierto buscando su amada
y hacerla su esposa y llevarla a su hogar.
Y una tarde cualquiera surgió la sonrisa
una hermosa muchacha se la respondió
al impulso espontáneo de dos corazones
se tiñó el mundo rosa y en rosa quedó.
Y el amor floreció al compás de la vida
el honrado trabajo sus frutos rindió
el pan abundaba dorado en la mesa
y el jardín que crearon también floreció.
Un aroma de cielo invadió la hondonada
con contornos azules se tiñó la distancia
las violetas vinieron a erigirse las reinas
y en el aire esparcían su dulce fragancia.
Con susurros de amor se tejió la morada,
sonrisas y sueños llenaban la estancia,
dos corazones latían en perfecta armonía,
y en cada rincón floreció en abundancia.
Pero, una tarde cualquiera rehuyó su mirada
y a la tarde siguiente ya no la encontró
con el alma en la mano esperó si llegaba
pero, al día siguiente, tampoco la halló.
Haciendo uso total de su libre albedrío
sin querer sopesar que era tan querida
decidió que era tiempo ya de marcharse
e hizo pacto total con su propia partida
Recorrió la senda por la que había venido
y siguiendo hacia lejos, de allí se marchó.
olvidó las sonrisas, caricias y sueños,
los momentos felices, también olvidó.
Sentado al portal esperaba el crepúsculo
y lloró aquella noche, pues tenía por qué
y las horas se fueron caminando lentamente
a contar de esa aciaga en la que ella se fue.
Un dolor lacerante se ha instalado en su pecho
el insomnio constante es su fiel compañero
una angustia latente ha invadido a su alma
al poder comprobar que ese amor era artero.
¿Dónde estarás ahora, ingrata avecilla?
¿Por dónde camina tu diminuto pisar?
¿Te salpica la lluvia, te refresca la brisa,
te entrega su sombra el más verde pinar?
Y esa vida feliz se escapó en desbandada
y toda esa dicha también sucumbió.
El perro preferido se fue hacia el camino
y la flor que quedaba de pena murió.
Y Juan vive ahora
Enviado por beache
PIZZAS
Estaba una pizza llorando en el cementerio, llega otra pizza y le dice:
- ¿Era familiar?
- No, era mediana..
La soledad más amarga, no es aquella donde sólo se habla consigo mismo. Es aquella donde se tiene a quien hablarle, pero sin tener a nadie con intención de escuchar
Yoannis Alvarez Alcantara
Te vi y en un segundo
Los sueños empezaron a volar
Te conquistaba, me casaba
Muchos hijos y un hogar.
De pronto el tren paró
Te perdiste entre la gente
Toda mi vida soñada
Se deshizo de repente!!
juan romero
INGRATA
Era Juan un muchacho de serena mirada
que lograba objetivos con ahínco ejemplar,
que soñaba despierto buscando su amada
y hacerla su esposa y llevarla a su hogar.
Y una tarde cualquiera surgió la sonrisa
una hermosa muchacha se la respondió
al impulso espontáneo de dos corazones
se tiñó el mundo rosa y en rosa quedó.
Y el amor floreció al compás de la vida
el honrado trabajo sus frutos rindió
el pan abundaba dorado en la mesa
y el jardín que crearon también floreció.
Un aroma de cielo invadió la hondonada
con contornos azules se tiñó la distancia
las violetas vinieron a erigirse las reinas
y en el aire esparcían su dulce fragancia.
Con susurros de amor se tejió la morada,
sonrisas y sueños llenaban la estancia,
dos corazones latían en perfecta armonía,
y en cada rincón floreció en abundancia.
Pero, una tarde cualquiera rehuyó su mirada
y a la tarde siguiente ya no la encontró
con el alma en la mano esperó si llegaba
pero, al día siguiente, tampoco la halló.
Haciendo uso total de su libre albedrío
sin querer sopesar que era tan querida
decidió que era tiempo ya de marcharse
e hizo pacto total con su propia partida
Recorrió la senda por la que había venido
y siguiendo hacia lejos, de allí se marchó.
olvidó las sonrisas, caricias y sueños,
los momentos felices, también olvidó.
Sentado al portal esperaba el crepúsculo
y lloró aquella noche, pues tenía por qué
y las horas se fueron caminando lentamente
a contar de esa aciaga en la que ella se fue.
Un dolor lacerante se ha instalado en su pecho
el insomnio constante es su fiel compañero
una angustia latente ha invadido a su alma
al poder comprobar que ese amor era artero.
¿Dónde estarás ahora, ingrata avecilla?
¿Por dónde camina tu diminuto pisar?
¿Te salpica la lluvia, te refresca la brisa,
te entrega su sombra el más verde pinar?
Y esa vida feliz se escapó en desbandada
y toda esa dicha también sucumbió.
El perro preferido se fue hacia el camino
y la flor que quedaba de pena murió.
Y Juan vive ahora
Enviado por beache
PIZZAS
Estaba una pizza llorando en el cementerio, llega otra pizza y le dice:
- ¿Era familiar?
- No, era mediana..
La soledad más amarga, no es aquella donde sólo se habla consigo mismo. Es aquella donde se tiene a quien hablarle, pero sin tener a nadie con intención de escuchar
Yoannis Alvarez Alcantara
Te vi y en un segundo
Los sueños empezaron a volar
Te conquistaba, me casaba
Muchos hijos y un hogar.
De pronto el tren paró
Te perdiste entre la gente
Toda mi vida soñada
Se deshizo de repente!!
juan romero