Perfil Público de oriascos
Oscar Alexis riascos mosquera
Estadísticas
¿Cómo conseguir puntos?
Puedes obtener puntos y subir en nuestro ranking en función de estos criterios:
- 15 puntos por cuento subido
- 10 puntos por poema subido
- 8 puntos por chiste subido
- 5 puntos por frase subida
- 1 punto por cada seguidor
- 0.02 puntos por voto positivo recibido
- -0.02 puntos por voto negativo recibido
- 15 puntos por cuento subido
- 10 puntos por poema subido
- 8 puntos por chiste subido
- 5 puntos por frase subida
- 1 punto por cada seguidor
- 0.02 puntos por voto positivo recibido
- -0.02 puntos por voto negativo recibido
Puntos
Día 8.02
Puntos
Semana 18.02
Puntos
Mes 124.94
Puntos
Año 3
Seguidores
2
Seguidos
Se fundieron los dos buscando ser uno... y por poco colapsan el infinito.
Titulo: ALMAS GEMELAS
Autor: Oscar A. Riascos
Pais: Colombia
En el fuego ardiente de su amor pasional,
Las dos almas se fundieron en un abrazo celestial.
Y Persiguiendo el anhelo de ser uno en la eternidad,
casi hicieron colapsar el infinito en su unidad.
Sus cuerpos entrelazados, en una danza apasionada,
tejieron un lienzo cósmico de amor y dulce mirada.
Y entonces enlazados en un abrazo que desafió la realidad,
alumbraron constelaciones en su propia inmensidad.
Sus labios, dos soles incandescentes en el firmamento,
se encontraron en un beso, cual divino y tan sediento.
Que en la fusión de sus esencias, en un éxtasis sin fin,
Hicieron que los universos se inclinaran ante su festín.
En el encuentro de sus almas, la trascendencia floreció,
Y de sus latidos en sincronía, un coro celestial entonó.
Un vínculo eterno que trasciende el tiempo y el espacio,
donde el amor se convierte en un sagrado palacio.
Desafiando las leyes del universo y toda razón,
se sumergieron en un océano de pasión.
Los dos seres que se hicieron uno en el corazón,
conquistando el infinito en su perfecta unión.
Y el cosmos tembló ante tal despliegue de amor divino,
testigo del prodigio de dos almas en camino.
Y en ese instante fugaz, el infinito se estremeció,
cuando en su fusión, un nuevo universo nació.
Ya cuando en el eco de su amor, la eternidad se hizo canción,
Y un poema que perdurará en cada corazón.
Los dos seres entrelazados, en un solo cuerpo y alma,
fundidos en un mismo amor que el universo aun proclama.
Soneto a un árbol ya seco
El árbol desnudo se vistió de aves
Una tarde purpurea de verano.
Y sirvieron de sombra sus ramajes
Cual si fuera un milagro soberano.
Aquel arbol que el verano postrero
Enteramente arrebato sus hojas.
Y fue en esa bella tarde de enero
Una atrevida y esbelta paradoja.
Cubierto de plumas hasta su copa..
Entre artas golondrinas y gaviotas ,
Garzas niveas y colibries de sobra.
El árbol desnudo vestido de aves
Todo colorido en sus ramajes
Después de seco, volvió a dar su sombra.
Oscar A riascos
AYER LA VI
Hoy escribiré… hoy escribiré henchido de sinceridad.
Por qué suelo escribir versos felices desde mi tristeza.
Y otros versos muy tristes desde mi entera felicidad
Pero hoy… Hoy escribiré triste, pero muy triste a mi tristeza.
Y tal vez en esta vez escriba tan profundas letras,
Que mi melancólica pluma bailarina viaje en el tiempo
Sobre mi diario que hoy, encharcado de lágrimas se encuentra
Por qué ayer, ayer que recibí un despiadado y vil fusilamiento…
Ayer la vi. Y el brillo intenso de sus ojos ya no estaba.
Ya había muerto… Había muerto con aquella sublime voz
De hada, con que, en otros tiempos, tan tiernamente me hablaba.
Habían muerto… Había muerto de la nada, como ahora muero yo.
Y heme hoy aquí que la cruel tristeza me trepa por los huesos,
Y el delirio surca los confines de mi mente amargada,
Y mis ojos… Mis ojos empiezan a sentir el gran peso
De su indolencia, en esta joven y tenaz madrugada.
En esta madrugada que el frío la sangre me congela.
Ese frío de su Ausencia, ese frío de su olvido, ese frío!...
Ese frío que tortura y que mata y qué a la vez quema.
Ese frío que provoca insomnio, y voraces escalofríos…
Ayer, ayer la vi y me hipnotizo hasta el ruedo de su falda
Que se fue ocultando entre la espesa multitud de la lejanía
Con su caminar de reina y su cabellera hasta la espalda
Que me arrancaba en cada paso, un año entero de mi vida.
Y heme hoy aquí que ya no tengo vida y si la tengo no la siento…
Heme aquí, que la tristeza y sus descendientes me la cobran,
Hoy que me embarga la grande pena y me agobia el sentimiento.
Hoy que tan perdido me siento y que me duele hasta la sombra…
Hoy! Tengo tantos deseos de desahogar mi corazón
De una manera tan, tan afanosa y tan desenfrenada.
Que por querer abarcar toda esta inmensa e inquieta ambición.
Tal vez esta vez me quede corto… Tal vez no escriba nada.
Autor: Oscar A. Riascos
Pais : Colombia
Hablé de ti a mi humilde corazón, Y aunque se negaba a escucharme, decidí hablarle a la fuerza, le dije que eras así como un ángel, así de tierna, así perfecta. Le dije que eras mi sueño más lindo y mi entera devoción… también le advertí que no se fuera a enamorar porque mirar tu rostro era como tener al frente la felicidad… le anticipe que no fuese a pensar que eras una mentira porque te describiría tan bella o tal vez mejor que a una verdad.
En eso me miro escéptico, pues, aun nada creía, entonces le mostré tu nombre grabado en el confín más remoto, de la memoria mía. Por consiguiente, le Dije: descubrí que ella no es hermosa como las rosas, sino que las rosas son hermosas como ella, y aumenté que eras mi insaciable antojo… le dije que tus ojos no son como estrellas sino más bien que las estrellas son bellas, pero solo porque son como tus ojos.
Y fue como si hubiese encontrado su aliciente a lo que le dije que si conocía una perla fina… Entonces ya frecuentaba tus dientes. Le dije además que no sé si lo entendía, pero desde que empecé a leerte a ti, no volví a leer más poesía.
Y para ese entonces mi corazón estaba como un niño en medio de un mundo todo lleno de golosinas.
Y para ese entonces mi corazón estaba como un hombre arrodillado ante una majestuosidad divina.
Y para ese entonces mi corazón por ti ya se aferraba a la vida.
Pues no es casualidad que sea el quién pregunta hoy por ti.
Me dice que te busque y que te encuentre, que jamás sintió un deseo tan intenso y fuerte como el que siente ahora por verte. Que si estar sin ti es vivir; Entonces que mejor prefiere tenerte en un efímero instante, tocarte y más tarde morir, tocarte y más tarde morir, tocarte y más tarde morir…
Porque desde que le hable de ti; ya puede vivir tranquilo.
Porque desde que le hable de ti; lo embriagaba la sangre cuál si fuera vino.
Porque desde que le hable de ti; ya no encuentra otro camino.
En tal caso yo digo a mi corazón amigo, vivimos igual, pues con vehemencia yo la espero.
-MELANCOLIA-
Vaga mi tristeza en las profundidades de mi alma vaga.
vaga sosegada firme y permanente...
vaga cuál vagabunda libélula
que el viento le duele.
en su manso volar hiriente por la senda de la vida
bajo las tormentas torrenciales de mi mente.
-Oscar A. Riascos
CONFIANZA
Confiar fue mi único error,
yo estaba mejor sin ti,
que mal, que iluso que fui,
al verte con ojos de amor.
Llegaste con esa sonrisa
que me arrancó la amargura,
movías tu piel, tu figura,
y tus caderas con pericia.
Yo era un saco de despojos,
susurraste "tú solo confía",
sabías que yo lo quería,
confíe cegado por tus ojos.
Error craso en resultado,
dejando como concluso,
a un roto corazón iluso
y a un iluso mutilado.
La causa por sufrirme
no es más que la confianza,
pues su ofuscada alabanza
solo me hizo redimirme.
Si ser un vil desdichado
me mantenía más feliz,
obsérvame ahora infeliz
y júzgame de afortunado.
Al aceptarte la una alianza
yo te entregué el cuchillo,
y tú con un tajo sencillo
aniquilaste la esperanza.
Pues yo te buscaba ansioso
esperando a tu llamado
y tú te ibas de mi lado
con otro amor receloso.
No amaste en serio jamás,
fui solo un juguete triste
y una vez que te aburriste
jugaste con alguien más.
Me creíste triste mendigo,
debiste decir tu intención,
pues conociendo tu razón,
no hubiera perdido contigo.
Ahora queda la casa sola
y un frío café a la mitad,
el viento azota sin piedad
contra mi tejada española.
Solo me quedo a pensar
lo fatal del romanticismo.
Pero al menos yo mismo
nunca me he de traicionar.
Querías hundirme en el mar,
felicidades, lo conseguiste.
Dejaste a un tirano triste
y a un triste sin amar.
Y si nos vemos por azares
te saludaré con pericia,
así no notarás la avaricia
de mandarte mis pesares.
Creo que necesito dormir,
creo que necesito un baño,
uno que me quite el daño,
uno para dejar de sufrir.
Si lo permite mi mente
soñaré con amar de nuevo.
Con un dulce amor longevo
para sufrir nuevamente.
Enviado por livan23l
YA ESTÁ BIEN
Pero mira que te he dicho diez mil millones de veces que no exageres...
Sólo pensar en traicionar ya es una traición consumada.
Cesare Cantù
¡Que venga la muerte!
¡que venga! que aquí la espero.
Que venga como el viento.
Rauda y decidida, con su guadaña en la mano y la mirada de frente.
¡Que vevenga la muerte!
¡que venga! que aquí la espero.
Que no hay hombre que la espere como yo la espero.
En pie y con la cara en alto,
firme como un soldado en el frente
rozado por los vientos de tanato
y rezando por algo de suerte.
¡Que venga la muerte!
¡que venga! que aquí la espero.
Rodrigo
05/04/2017
Derechos Reservados de Autor.
Bruno C
CONFIANZA
Confiar fue mi único error,
yo estaba mejor sin ti,
que mal, que iluso que fui,
al verte con ojos de amor.
Llegaste con esa sonrisa
que me arrancó la amargura,
movías tu piel, tu figura,
y tus caderas con pericia.
Yo era un saco de despojos,
susurraste "tú solo confía",
sabías que yo lo quería,
confíe cegado por tus ojos.
Error craso en resultado,
dejando como concluso,
a un roto corazón iluso
y a un iluso mutilado.
La causa por sufrirme
no es más que la confianza,
pues su ofuscada alabanza
solo me hizo redimirme.
Si ser un vil desdichado
me mantenía más feliz,
obsérvame ahora infeliz
y júzgame de afortunado.
Al aceptarte la una alianza
yo te entregué el cuchillo,
y tú con un tajo sencillo
aniquilaste la esperanza.
Pues yo te buscaba ansioso
esperando a tu llamado
y tú te ibas de mi lado
con otro amor receloso.
No amaste en serio jamás,
fui solo un juguete triste
y una vez que te aburriste
jugaste con alguien más.
Me creíste triste mendigo,
debiste decir tu intención,
pues conociendo tu razón,
no hubiera perdido contigo.
Ahora queda la casa sola
y un frío café a la mitad,
el viento azota sin piedad
contra mi tejada española.
Solo me quedo a pensar
lo fatal del romanticismo.
Pero al menos yo mismo
nunca me he de traicionar.
Querías hundirme en el mar,
felicidades, lo conseguiste.
Dejaste a un tirano triste
y a un triste sin amar.
Y si nos vemos por azares
te saludaré con pericia,
así no notarás la avaricia
de mandarte mis pesares.
Creo que necesito dormir,
creo que necesito un baño,
uno que me quite el daño,
uno para dejar de sufrir.
Si lo permite mi mente
soñaré con amar de nuevo.
Con un dulce amor longevo
para sufrir nuevamente.
Enviado por livan23l
YA ESTÁ BIEN
Pero mira que te he dicho diez mil millones de veces que no exageres...
Sólo pensar en traicionar ya es una traición consumada.
Cesare Cantù
¡Que venga la muerte!
¡que venga! que aquí la espero.
Que venga como el viento.
Rauda y decidida, con su guadaña en la mano y la mirada de frente.
¡Que vevenga la muerte!
¡que venga! que aquí la espero.
Que no hay hombre que la espere como yo la espero.
En pie y con la cara en alto,
firme como un soldado en el frente
rozado por los vientos de tanato
y rezando por algo de suerte.
¡Que venga la muerte!
¡que venga! que aquí la espero.
Rodrigo
05/04/2017
Derechos Reservados de Autor.
Bruno C